SÓCRATES: "Saber que no se sabe"
Lectura e
interpretación de textos filosóficos
La siguiente propuesta de trabajo
permitirá acercarnos al pensamiento de uno de los más grandes filósofos de la
historia: SÓCRATES. Lo realizaremos a través de los
textos de su discípulo PLATÓN, pues, como sabemos, Sócrates
no escribió obra alguna.
- Guía de trabajo grupal:
Caracterización
de la obra de Platón denominada la "Apología de Sócrates":
a) ¿Qué significa la expresión “apología”
y a qué hace referencia en el diálogo platónico?
b) Completa los siguientes datos respecto a
la Apología:
- Lugar donde ocurre la acción - Momento - Situación
c) ¿De qué es acusado Sócrates? ¿Quiénes
son sus acusadores?
d) ¿Cuál es la condena que recibe?
A
partir de la lectura del texto “La importancia
de saber que no se sabe” (fragmento de la Apología de Sócrates, obra de Platón), realizar las consignas de trabajo que se ubican al final:
“La importancia de saber que no se sabe”
(fragmento de la Apología de Sócrates, obra de Platón)
(fragmento de la Apología de Sócrates, obra de Platón)
“…Ustedes
conocen a Jenofonte, él fue amigo mío desde la juventud, hombre democrático y
compañero de muchos de los presentes… cierta vez Jenofonte fue a Delfos y tuvo
el coraje de preguntar al oráculo si
había alguien más sabio que yo. Y la pitonisa respondió que no había otro
superior…
Después
de oír estas palabras me preguntaba: ¿qué quiere decir realmente el dios?
Porque yo tengo conciencia de que no soy sabio, ni poco ni mucho. ¿Qué es
entonces lo que realmente dice al afirmar que yo soy el más sabio? Como un dios
no puede mentir, quedé mucho tiempo en la incertidumbre sobre el sentido de su
respuesta.
Me
dediqué entonces a buscar el modo de resolver este enigma. Me dirigí a visitar
a uno de nuestros vecinos que todos tenemos por sabio, con la intención de
buscar elementos para refutar al oráculo, si es que era posible hacerlo de
algún modo… Ahora bien, al examinar a aquel sabio (pues no necesito decir su nombre, era un político), al
dialogar con él experimenté lo siguiente: tuve la impresión de que muchas
personas creían que ese hombre era más sabio que otros, pero que por sobre todo
se lo creía él mismo, y en realidad no lo era.
A
continuación intenté demostrarle que él creía ser sabio, pero que no poseía la
sabiduría que él presumía tener. A consecuencia de ello, me gané el odio de él
y de muchos de los presentes. Y salí de ese lugar, diciéndome: Ninguno de los
dos sabemos nada valioso, pero yo soy más sabio que él, pues este hombre cree
saber algo y no lo sabe, en cambio yo, no sé y tampoco creo saber. Así que
pienso que soy mucho más sabio que él: ya que lo que no sé, tampoco presumo de
saberlo…
Tuve
la siguiente impresión: me pareció que los que eran reconocidos o se creían
sabios, fue a los que encontré con menos sabiduría, mientras que otras personas
que no eran reconocidas, los superaban en inteligencia.
Desde
allí me fui a casa de otro que se le tenía por más sabio que el anterior, me
encontré con lo mismo, y me gané nuevos enemigos. No por esto me desanimé; fui
en busca de otros, conociendo bien que me hacía odioso… Pero, ¡oh Dios!, he
aquí, atenienses, el fruto que saqué de mis indagaciones, porque es preciso
decirles la verdad: todos aquellos que eran considerados los más sabios, me
parecieron no serlo, y todos aquellos que no gozaban de esta reputación, los
encontré en mucha mejor disposición para serlo.
Después
de estos grandes hombres de Estado me fui a los poetas… examiné las obras suyas
que me parecieron mejor trabajadas, y les pregunté lo que querían decir, y cuál
era su objeto, para que me sirviera de instrucción. Pudor tengo, atenienses, en
decirles la verdad; pero no hay remedio, es preciso decirla. No hubo uno de
todos los que estaban presentes, incluidos los mismos autores, que supiese
hablar ni dar razón de sus poemas. Conocí desde luego que no es la sabiduría la
que guía a los poetas, sino ciertos movimientos de la naturaleza y un
entusiasmo semejante al de los profetas y adivinos; que todos dicen muy buenas
cosas, pero sin comprender nada de lo que dicen…
En
fin, fui en busca de los artistas. Estaba bien convencido de que yo nada
entendía de su profesión, que los encontraría muy capaces de hacer muy buenas
cosas, y en esto no podía engañarme. Sabían cosas que yo ignoraba, y en esto
eran ellos más sabios que yo. Pero, atenienses, los más entendidos entre ellos
me parecieron incurrir en el mismo defecto que los poetas, porque no hallé uno
que, a título de ser buen artista, no se creyese muy capaz y muy instruido en
las más grandes cosas; y esta extravagancia quitaba todo el mérito a su
habilidad… De esta indagación, atenienses, han nacido contra mí todos estos
odios y estas enemistades peligrosas, que han producido todas las calumnias que
saben, y me han hecho adquirir el nombre de sabio… Me parece, atenienses, que sólo Dios es el
verdadero sabio, y que esto ha querido decir por su oráculo, haciendo entender
que toda la sabiduría humana no es gran cosa, o mejor dicho, que no es nada; y
si el oráculo ha nombrado a Sócrates, sin duda se ha valido de mi nombre como
un ejemplo, y como si dijese a todos los hombres: «el más sabio entre ustedes
es aquél que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada.»
Convencido
de esta verdad, para asegurarme más y obedecer al Dios, continué mis
indagaciones, no sólo entre nuestros conciudadanos, sino entre los extranjeros,
para ver si encontraba algún verdadero sabio, y no habiéndole encontrado
tampoco, sirvo de intérprete al oráculo, haciendo ver a todo el mundo que
ninguno es sabio.”
1) Armar un glosario con los términos desconocidos.
2) Describan la situación en la que se afirma que Sócrates es el más sabio de los hombres.
3) ¿Por qué, a partir de sus indagaciones, Sócrates concluye que las personas verdaderamente sabias no gozan del prestigio social?
4) ¿Cuál es el error de los políticos, poetas y artesanos?
5) Expliquen el significado de la siguiente expresión de Sócrates: “Sólo sé, que no sé nada”.
6) ¿Cómo entiende Sócrates su misión?
7) La idea de que “sólo el dios es sabio” ¿es tenida en cuenta hoy? Fundamentar.
8) ¿Qué valor o actitud debemos asumir, entonces, para “no aparentar o creernos sabios”?
9) ¿Se evidencian actitudes contrarias en la sociedad actual? Expliquen y brinden ejemplos.
10) Como estudiantes y futuros profesionales ¿qué enseñanza nos deja este texto?
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