Presupuestos Antropológicos de la Educación

Bibliografía:
García Amilburu, M. y García Gutiérrez, J. (2012): Filosofía de la Educación. Cuestiones de hoy y de siempre.
 
Presupuesto: Suposición previa, presuponer, suponer, anticiparse.

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¿Por qué los Humanos Necesitamos que nos Eduquen? La Educabilidad.

Aristóteles: una de las características más notables de los seres vivos consiste en que no son desde el principio todo lo que pueden llegar a ser, sino que alcanzan la perfección que corresponde a su especie mediante la propia actividad, a lo largo de la vida. En este sentido, su naturaleza se muestra en plenitud al alcanzar la madurez. Hay que notar la diferencia entre hombres y vivientes irracionales (vegetales y animales no humanos) ya que estos últimos realizan automáticamente las funciones vitales gracias a los instintos. Los seres humanos, por el contrario, debido a su carencia de instintos, plasticidad biológica y la inadaptación natural al medio físico, sólo somos viables en un ámbito cultural, gracias a la inteligencia y la voluntad que hacen posible la cultura.
La cultura es el ámbito creado por el hombre cuando transforma el mundo físico con el fin de hacer de él un lugar habitable, un ambiente adecuado para desarrollar una existencia mas allá de lo material de la vida biológica porque se abre a dimensiones afectivas, éticas, lúdicas, religiosas, etc.
 Constituye una continuación del mundo físico hecha desde la libertad, asumida a modo de segunda naturaleza.
La mala interpretación de las relaciones entre la dimensión biológica y la cultural han conducido a considerar la biología y la cultura como dos esferas autosuficientes y clausuradas, yuxtapuestas: como si hubiera un orden biológico natural al que se le superpone otro de forma accidental y artificial, la cultura. El modo de ser del propio hombre (su naturaleza) incluye la cultura y se orienta hacia ella, por lo que son tan naturales tanto la dimensión biológica invariable como la cultura, que es históricamente cambiante. Para el ser humano es tan necesaria la constancia del proceso biológico como la variabilidad de los modos de organizar su vida. La creación cultural llevada a cabo por el ser humano puede contemplarse desde dos perspectivas distintas:
 
  • La cultura objetiva está integrada por el conjunto de artefactos o productos culturales que constituyen la objetivación de la actividad humana. La cultura (objetivo) comprende los instrumentos, enseres, símbolos, códigos de valores, creencias, costumbres…. Tiene cierto grado de consistencia en si misma porque los productos naturales (artesanía, lenguaje, costumbres…) una vez creados, gozan de autonomía respecto de los sujetos a los que deben su origen y pueden seguir existiendo cuando estos mueren.
  • La cultura subjetiva es la interiorización o asimilación vital que realiza cada persona de la cultura en la que vive. Es el resultado del cultivo del hombre, gracias al cual va adquiriendo una mayor perfección. Comprende: conocimientos, destrezas, hábitos…adquiridos por la persona, y desaparece con ella cuando muere.

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    Ambas dimensiones son complementarias y se reclaman mutuamente, y ambas constituyen el fundamento de toda tarea educativa, porque el ser humano interioriza el patrimonio cultural (cultura en sentido subjetivo) de forma totalmente distinta a como adquiere su dotación genética o el resto de los bienes materiales que puede obtener a lo largo de su vida (cultura en sentido objetivo). Se debe a que la cultura en sentido subjetivo no es una realidad de orden sensible, por lo que su transmisión y asimilación se realiza de manera diferente. La cultura subjetiva solo puede asimilarse tras un proceso de enseñanza-aprendizaje.
    La capacidad humana de asimilar subjetivamente la cultura se llama educabilidad y constituye el implícito fundamental sobre el que se sustenta cualquier tarea educativa, ya que el ser humano necesita ser educado, no sólo puede aprender.
    La capacidad para educarse y ser incorporado al mundo de la cultura es correlativa a la racionalidad, la libertad y la plasticidad biológica propias de la naturaleza humana, considerándose características de nuestra especie, en contraste de “ser amaestrado” como la especie animal.
    La educabilidad es más que la mera plasticidad o ausencia de instintos del organismo biológico. El hombre ha de poseer una notable ductilidad pero también debe ser capaz de desarrollar nuevas estructuras personales a partir de las influencias recibidas. Se caracteriza por los siguientes rasgos:
     
  • Cualidad específicamente humana.
  • Posibilita adquirir nuevos conocimientos y habilidades.
  • Incluye las dimensiones biológica y cultural del hombre.
  • Requiere para su desarrollo la influencia del medio exterior, tanto personal como social.
  • Constituye la condición de posibilidad de un proceso perfectivo abierto, que nunca acaba.
  • Permite al sujeto dirigir este proceso hacia una finalidad que el mismo se propone.
  • Sitúa a los hombres en condiciones de llegar a “ser plenamente humanos” 

  • En resumen: la educabilidad es la propiedad o atributo de los seres humanos que les permite configurarse a sí mismos a través de un proceso permanente en el que se integran el conjunto de disposiciones plásticas propias del individuo, influjos ambientales y su propio autogobierno.
     
    ¿Qué Dimensiones Humanas son Educables?
     
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    Aunque la educabilidad tenga una base psicobiológica, no se agota en ella sino que abarca las demás dimensiones en el desarrollo integral del hombre. Son educables todas las facultades humanas capaces de adquirir conocimientos y habilidades. Son:
    Referido al organismo biológico, diferenciamos:
    • Funciones vegetativas (por ej, procesos metabólicos), se realizan al margen de nuestro conocimiento y control y no son susceptibles de adquirir hábitos.
    • Funciones del aparato locomotor, si son susceptibles de ser modificadas por el ejercicio dentro de los límites que establece la estructura anatómica de nuestra especie: aprender a andar, a utilizar cubiertos, practicar un deporte…
  • Sensibilidad externa: En relación al conocimiento sensible, podría parecer que los actos propios de los sentidos externos se realizan de manera espontanea, sin voluntad. Pero también es posible aprender a mirar, aprender a oír música, etc.
  • En cuanto a los afectos, hay en ellos un elemento espontaneo en ocasiones incluso contrario a las preferencias de la propia voluntad (por ej.: enamorarse, es algo que pasa, no que hagamos). Pero es necesaria una educación emocional para moldear de modo oportuno los afectos y ser dueños de ellos, hacerlos adecuados a la ocasión (compasión ante el dolor, disgusto ante la injusticia, alegría en presencia del bien...). No es fácil pero es posible y necesario.


  • El objeto propio de la inteligencia es conocer la verdad. Las corrientes intelectuales de nuestra época se inclinan por no haber más puntos de vista sobre algo verdadero. En la práctica nadie pone en duda que será posible alcanzar algún tipo de conocimiento verdadero (aunque sea provisional y perfectible) y se produzcan avances en el saber. Se puede educar el entendimiento para que se oriente hacia la verdad y se alcance en la medida que sea posible.

  • La voluntad es la facultad que tiende al bien que le es presentado por la inteligencia y se caracteriza porque puede determinarse a sí misma a obrar: es lo que se entiende por libertad. Podemos decidir libremente en qué dirección actuar, por lo que podría parecer ilegitimo intentar educar la voluntad pero tenemos la experiencia de que hay que “aprender a hacer el bien”, y en eso consiste la educación de la voluntad.
     
    El papel de la educación en el diseño de la identidad personal
     
    El ser humano presupone en primer término, poseer un tipo de organismo: el propio de la especie homo sapiens sapiens. Pero para ser plenamente humano es necesario un proceso de aculturación (interiorización de la cultura) ya que no podemos vivir al margen de ésta.
    La identidad personal es el elemento clave de la propia realidad subjetiva, y se forma gracias a la interacción con otros seres humanos en una cultura particular. Cuando la identidad personal ha tomado forma, puede evolucionar homogéneamente, modificarse o reestructurarse a lo largo de la vida en función de circunstancias externas, relaciones interpersonales que la mantienen y decisiones libremente tomadas. La formación de la identidad personal es el resultado de un proceso de individuación integrado por cuatro factores: el yo puntual, el organismo biológico, la cultura y las decisiones libres de la persona.
     
  • Los individuos de una misma especie se van diferenciando como resultado de su propio desarrollo. Consiste en la progresiva individuación de “algo” que ya debe ser individual, distinto de todos los demás seres de su especie. Si no fuera así, en vez de desarrollo de la individualidad habría que hablar de sustitución de un individuo por otro. Ese algo, que es individual desde el inicio y permanece a través de los cambios, es a lo que se llama el “yo”, y constituye el primer principio de individuación y es el sujeto ultimo de predicación de todas las demás propiedades que puedan atribuirse a cada ser humano a lo largo de su vida.
  • Organismo biológico: Cada persona posee en su carga genética una combinación bioquímica irrepetible, el ADN, que queda constituida en el momento de la concepción. Desde el momento del nacimiento, cada ser humano puede distinguirse de los demás por su cuerpo, sistema nervioso, endocrino...
  • La cultura: hace falta un largo periodo en el que los factores culturales entren en concurrencia con los procesos biológicos para que se produzca una maduración auténticamente humana, y hace a través del proceso de enseñanza-aprendizaje.

  • El conjunto de estos tres primeros se llama síntesis pasiva porque la persona no puede decidir sobre estas cuestiones.
     
  • Cuando el proceso de socialización primaria ha concluido, el sujeto es alguien para si mismo y para los demás en un ámbito social. Su temperamento se ha modulado según un cierto carácter, con valores e ideales. Solo después puede se puede ejercer el poder de decisión real sobre la vida propia. Es entonces cuando interviene la acción humana libre como 4º factor del proceso de individuación.

  • La cuestión acerca de la felicidad y el sentido de la existencia son temas ligados a otras preguntas fundamentales que cada uno debe hacerse, como ¿Quién soy yo?, ¿Quién quiero llegar a ser?...todas tienen en común que coinciden en la necesidad de hacer realidad el proyecto que cada persona se traza para su vida, lo que da sentido a su existencia. Lo que no es fácil es determinar en concreto cuál es el contenido material de la felicidad para cada persona.
     
  • Cuando nos preguntamos en qué consiste objetivamente una vida lograda, nos movemos en la dimensión de la igualdad radical. Para ello nos aproximamos desde una vía negativa, ya que es más fácil enumerar aquello sin lo que no es posible vivir una existencia feliz. Se puede afirmar que cuando el hombre no tiene cubiertas las necesidades biológicas (comida, vestido, cobijo…) es difícil que se dé una vida plena. También tenemos otras necesidades (afectivas, intelectuales, volitivas, etc.) que es necesario atender. En este sentido, la ausencia de vínculos personales (soledad, amor no correspondido, desprecio…) así como la ignorancia y la falta de libertad, son contrarias a la felicidad humana.
  • La vivencia subjetiva de la felicidad se halla íntimamente vinculada a la persona que encuentre sentido a lo que hace: tanto a cada uno de sus actos, como a la vida considerada en su conjunto. Para responder a la pregunta sobre la felicidad personal, se deben dar las condiciones objetivas y percibir que la propia existencia es valiosa (es útil para algo, le importa a alguien), sino, toda la vida se vuelve irrelevante.

  • Para acertar en el diseño del propio proyecto existencial, se recomienda proceder en tres etapas: adquirir un conocimiento suficiente de sí mismo, aceptarse como uno es, y proponerse una meta ambiciosa pero asequible que tenga en cuenta las condiciones de cada uno.
     
    1. La pregunta ¿Cómo puedo ser feliz? Es sustituible por otras: ¿Qué quiero llegar a ser?, ¿Cómo quiero llegar a ser? Para conseguir un objetivo es imprescindible conocer la meta que se desea alcanzar y saber el punto desde el que se parte: quién soy, como soy yo. Este conocimiento debe abarcar aspectos: biológico, psicológico, biográfico y sociocultural pues todos forman parte de lo que es la persona concreta.
    2. Es imprescindible también la aceptación de uno mismo. Hay aspectos que gustan y otros considerados negativos, pero mejorables, y solo se consigue aceptando la realidad tal y como es.
    3. Solo después de estas dos etapas, es adecuado plantearse el diseño del proyecto vital al que cada uno vincula el contenido subjetivo de su felicidad y la experiencia común que señala que la exigencia del significado ocupa un lugar imprescindible en la conducta humana, porque las acciones, deseos y proyectos de la persona han de tener sentido para ella.
    El Arte de Educar
     
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    La capacidad humana se despliega en dos direcciones:
  • La primera, la producción o fabricación de objetos (poiesis, en ingles to make), por la que el sujeto realiza algo que es exterior a sí mismo.
  • La segunda es la acción (praxis, en ingles to do) cuyo efecto no es una realidad material, sino algo que de algún modo, queda en el sujeto que obra y le perfecciona.

  • Educar constituye una praxis particular, orientada por unos principios intrínsecos a la acción misma que son los que permiten distinguir las buenas prácticas educativas de las que no lo son.
    Esta labor no es un trabajo mecánico, por lo que se ha comparado la educación con un arte, una tarea artesanal.
    Decía Maritain que la educación es un arte que imita las vías que la naturaleza sigue en sus propias operaciones, un arte semejante a la agricultura o la medicina, ya que a pesar de todo los estímulos y guías exteriores que puedan proporcionar el maestro, labrador o medico, el impulso hacia el perfeccionamiento humano, crecimiento de la planta o recuperación de la salud, provienen desde dentro del viviendo y los estímulos externos solo son capaces de prestar una ayuda.
    Así, los aspectos técnicos no son nunca los más determinantes, ya que prevalecen los artísticos.
    Sin embargo los educadores no gozan de la misma libertad que tienen los artistas, sino que está sometida su tarea a importantes requerimientos de orden moral, científico, social y político. La educación está en un terreno intermedio.  
     
     
     

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